La ciudad de La Oroya, donde se ubica la fundición en los Andes centrales del Perú, una vez fue nombrada por el grupo ambientalista Blacksmith Institute como uno de los 10 lugares más contaminados del mundo. Cientos de niños en La Oroya tienen niveles peligrosos de plomo en la sangre.
El ex presidente Pedro Pablo Kuczynski, que renunció en medio de denuncias de corrupción el mes pasado, relajó los límites de emisión de dióxido de azufre para reducir el costo de invertir en mejoras en las fundiciones. Pero seis intentos de vender La Oroya en una subasta no generaron ninguna oferta.